El león enamorado
Había un león enamorado de la hija de un labrador y se la pidió en matrimonio. El labrador no podía entregar a su hija a tan fiera salvaje pero tampoco podía negársela por el temor que la fiera le inspiraba. Como el león no paraba de insistirle día tras día y, a riesgo de que se enfadase la fiera, el labrador le dijo que era digno del amor de su hija y que le entregaría a ésta con la condición de que se arrancara las uñas y se cortara los dientes porque eso era lo que atemorizaba a su hija.
El león acepto las condiciones por el inmenso amor puro y auténtico que tenía por ella.
Una vez que cumplió lo acordado y cambió su aspecto, el inofensivo león se presentó en la puerta de la casa del labrador, al verle éste tan inofensivo lo hecho de allí a golpes y lo amenazó con matarlo si se volvía a presentar.
El león aprendió que nunca hay que despojarse de todas tus defensas por que te harán vulnerable ante los que antes te respetaban.
El león acepto las condiciones por el inmenso amor puro y auténtico que tenía por ella.
Una vez que cumplió lo acordado y cambió su aspecto, el inofensivo león se presentó en la puerta de la casa del labrador, al verle éste tan inofensivo lo hecho de allí a golpes y lo amenazó con matarlo si se volvía a presentar.
El león aprendió que nunca hay que despojarse de todas tus defensas por que te harán vulnerable ante los que antes te respetaban.
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